TIPO: ÁREA URBANA. CRONOLOGÍA: SIGLO IX - SIGLO XX

Pasear por el casco histórico de la ciudad de Hellín, permite apreciar y observar una serie de características sobre el urbanismo y la arquitectura desde el siglo XII hasta la actualidad e ilustrarnos sobre el modelo de intervención arquitectónica en las ciudades de mediano y pequeño tamaño.

es una ciudad monumental al uso, pero es evidente que en ciertas partes conserva el sabor de la arquitectura popular, entremezclada con algunos edificios de la aristocracia local y de la burguesía.

Formada en su origen sobre tres cerros, Hellín presenta en su parte medieval un trazado típico de las ciudades árabes, que poco a poco van ampliándose, con calles estrechas y curvas, así como adarves, con un claro protagonista: el castillo almohade.

Sólo algunas partes de la iglesia arciprestal y una arquería correspondiente a la iglesia vieja, hoy en una vivienda particular, son los escasos ejemplos del gótico.

El Renacimiento, con la presencia de las órdenes mendicantes y la pujanza de la Iglesia deja su impronta en lugares como la Iglesia de la Asunción y el Convento de los Franciscanos.

Otros edificios como la casa de Falcón Morote, en la calle Morotes, la Casa Salazar, en la Plaza de Franciscanos, la casa del Conde, o la Casa Perier en la calle del mismo nombre, son ejemplos de las viviendas señoriales del siglo XVII y XVIII, que se complementan con la visión de los camarines en el trasaltar de las iglesias principales.

El ensanche urbanístico del XIX, sin planificación alguna, contrasta con la ordenación ortogonal de la parte nueva, organizada en torno ala Gran Víaya la Avenida de Melchorde Macanaz.

Del último tercio del XIX y del primero del siglo XX es la figura del arquitecto Justo Millán la que destaca por su originalidad. La vivienda familiar, la Casa Lillo, la portada de la iglesia del convento de las Claras, el coronamiento de la torre de la Asunción, la portada y torre de la ermita del Rosario, son ejemplos de su obra y de su buen hacer.

El propio cementerio de la ciudad ofrece una muestra de su obra en la entrada, y dentro diversos panteones en la calle central y sus alrededores, son ejemplo de la arquitectura funeraria tanto ecléctica como modernísta.

Por el contrario el modernismo en la ciudad está poco representado y sólo el Museo Comarcal ofrece algún elemento decorativo que pueda adscribirse a este momento, como por ejemplo la puerta de entrada y la cancela interior.